7 ESTRATEGIAS PARA SER MÁS CONVINCENTE

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Cuenta la historia que uno de los estafadores más convincentes fue George C. Parker. Este timador se pasó entre 1883 y 1928 “vendiendo” el puente de Brooklyn. Y su estrategia era tan innovadora como magistral. Convencía a las personas de que él era el propietario de tal ingeniería arquitectónica.

El objetivo era proponer una venta para que, quien hiciera la compra, pusiera un puesto de peaje. El negocio (de ser cierto) podría ser increíblemente lucrativo. Sus dotes de persuasión eran tan eficaces que cada semana caía algún ingenuo.

Este estafador pasó toda su vida cometiendo timos de lo más originales hasta que en 1928 fue detenido y condenado a cadena perpetua en la prisión de Sing Sing, en Nueva York.

George C. Parker era un delincuente, pero al mismo tiempo no deja de ser una referencia para aquellos que quieren ser más persuasivos. Porque el arte de exponer un argumento y lograr que este sea procesado, no solo como válido, sino también como interesante, es un auténtico don. Ese proceso persuasivo de gran nivel requiere tener en cuenta una serie de variables. Las analizamos.

1. Utiliza el principio de simpatía

En el libro Pensar rápido, pensar despacio, Daniel Kahneman nos habló de un sesgo que tiene un gran poder: el efecto halo. Es el que nos hace creer que toda persona amable, simpática, positiva y atractiva es de fiar.

El principio de simpatía nos dice que si producimos una buena impresión, tendremos mayor probabilidad de ser convincentes.

2. Usa la inteligencia emocional

¿Cómo ser más convincentes? ¿Cuál sería la estrategia más importante? La inteligencia emocional es una herramienta polivalente y efectiva a la hora de dar buenos argumentos y demostrar fiabilidad, confianza, carisma… La razón estriba en el buen control de las propias emociones y la comprensión de lo que necesita nuestra audiencia o interlocutor.

Solo cuando conectamos con las emociones de los demás, creamos un vínculo más fuerte para convencerlos de nuestras ideas y argumentos.

3. Buen tono, seguridad, fluencia y no hablar demasiado rápido

A la hora de demostrar la validez de nuestras palabras y razonamientos para convencer o cautivar a alguien, es decisivo atender varios factores comunicativos.

  • Hay que usar una tonalidad media, ni demasiado alta ni demasiado baja.
  • Debemos cuidar nuestra fluencia y expresividad.
  • Pronunciar bien, ser ágiles y expresivos capta la atención y el interés.
  • Asimismo, es importante no hablar muy rápido ni muy despacio.
4. Demuestra tu autoridad y conocimientos

Entre las claves sobre cómo ser más convincentes hay una central: saber de lo que hablamos. No hace falta ser un gurú en eso que queremos exponer. Es más, tampoco hace falta que sea verdad; recordemos a George C. Parker.

El secreto está en prepararnos argumentaciones sólidas, trasmitir convencimiento en ellas y saber exponer con claridad esos conocimientos.

5. Cuida la comunicación no verbal

Nuestros gestos, nuestra expresividad, también tienen un gran poder persuasivo. Si somos capaces de cuidar de nuestra comunicación no verbal lograremos ser mucho más convincentes. Las estrategias que hay que atender son las siguientes:

  • Tener las manos a la vista.
  • Mirar a los ojos al interlocutor.
  • Mover los brazos, demostrar fluidez y apertura emocional con ellos.
  • Sonreír.
  • Intentar no manipular objetos mientras se habla (como los bolis) ni tocarse el cabello, ya que revelan inseguridad.
6. Aporta todos los detalles posibles

Toda argumentación tendrá mayor credibilidad si va acompañada de detalles. Por tanto, seamos capaces de aportar datos, cifras, referencias, de dar respuesta a las posibles dudas… A mayor cantidad de información, mayor autoridad y validez.

7. Cultiva la empatía

Puede que no conozcas a la persona que tienes en frente. Es posible incluso que estés dando una conferencia ante un público. ¿Cómo proyectar empatía ante esa audiencia o figuras desconocidas? Hazles creer que las conoces, busca vínculos, apela a las emociones, busca conexiones y hazles saber que sabes lo que sienten y necesitan.

 

Se trata nuevamente de hilar los argumentos con la fibra de las emociones. Solo así se construye esa cercanía y conexión capaz de facilitar que nos vean como figuras fiables y convincentes. Son estrategias que todos podemos desarrollar, y que sin duda mejorarán nuestras probabilidades de éxito.