¿Por qué las relaciones cambian después de tener un bebé?

Nuevo bebé, nuevo tú, nuevo todo

La paternidad realmente puede afectar a las relaciones. Después de todo, estás estresado, tienes falta de sueño y simplemente no puedes poner tu relación como prioridad, al menos no mientras tengas un recién nacido a quien deben cuidar.

“Sabemos por investigaciones que una relación a la que no se le presta atención empeorará”, dice Claudia Ramos, terapeuta familiar y de parejas. Ella agrega:

“Si no haces nada, la relación se deteriorará. Hay que poner trabajo en la relación para que permanezca igual y trabajar aún más para mejorarla.”

Eso suena muy pesado, especialmente cuando ya estás lidiando con tantos cambios. Pero es útil saber que muchas de las formas en que está cambiando tu relación son totalmente normales y que hay cosas que pueden hacer para superarlas.

Estas son algunas formas comunes en que las relaciones románticas cambian después de que las parejas se convierten en padres.

1. La comunicación se vuelve transaccional

Cuando cuidan a un recién nacido exigente, simplemente no tienen el tiempo y la energía para hacer todas las cosas que mantienen una relación sólida.

“Las relaciones prosperan con el tiempo que pasan juntos, manteniendo a su pareja en su mente, conectándose y escuchándose”, dice C.R. “Debes hacer que sea una prioridad, no las primeras 6 semanas de vida del bebé, pero después de eso tienes que hacer tiempo para tu pareja, incluso si es poco tiempo para contactarse y no hablen sobre el niño”

Esto puede significar una planificación logística, como conseguir una niñera, hacer que un miembro de la familia cuide al bebé o planear pasar un tiempo juntos después de que el bebé se acueste por la noche (es decir, una vez que duerma en un horario más predecible).

Esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero incluso una corta caminata alrededor de la cuadra o cenar juntos puede ser de gran ayuda para tú y tu pareja estén conectados y se comuniquen.

2. Extrañas la naturaleza espontánea de tu antiguo yo (y eso está bien)

Crear esa conexión probablemente se verá muy diferente después de tener un hijo. Probablemente solía ir espontáneamente a las citas nocturnas para cenar en ese nuevo restaurante o pasar el fin de semana caminando y acampando juntos.

Pero ahora, la sensación de espontaneidad que tiende a mantener las relaciones emocionantes está prácticamente fuera de lugar. Y solo prepararse para una excursión requiere planificación logística y preparación (biberones, bolsas de pañales y mucho más).

“Creo que está bien tener un período de duelo en el que le digas adiós a tu antigua vida”, dice C.R. “Y crea una estrategia para pensar en formas de conectarte, incluso de manera pequeña, con tu antigua vida. Pueden tomar 15 minutos todos los días para hablar sobre cualquier cosa, excepto de su hijo y la logística, como el hecho de que necesitan más toallas de papel. Intenten hacer cosas nuevas juntos: no es necesario hacer paracaidismo, puede comer en un nuevo restaurante.”

Y está bien cambiar la forma en que piensan pasar tiempo juntos y convertirse en el tipo de personas que planean más con anticipación. Prográmenlo en el calendario para que lo puedan cumplir.

“Tenga un plan, pero tenga un plan realista. Recuerde que son dos adultos que pasan tiempo juntos porque les gusta.”

Si bien el tiempo de calidad juntos puede no ser el mismo que antes de que naciera el bebé, traten de buscar un tiempo en el que puedan estar juntos. En lugar de una escapada de fin de semana, pueden tener un fin de semana ‘sin tareas’. En lugar de ir a cenar y al cine, pidan la cena y vean una película de Netflix. Esto no implica que abandonarán sus deberes de crianza, pero al menos disfrutarán un pequeño tiempo juntos.

3. Los baby blues son reales, y hacen que todo sea más difícil

¿Y podemos hablar sobre las emociones posparto? Incluso si no tiene depresión o ansiedad posparto, es probable que sienta una montaña rusa de emociones. Un 80 por ciento de las madres gestantes experimentan el Baby Blue. No nos olvidemos de los padres que también pueden tener depresión posparto.

Todo el mundo te prepara para las noches de insomnio, pero nadie dice: ‘Tu cuerpo se sentirá muy adolorido por un tiempo’. Va a ser difícil ir al baño. Va a ser difícil levantarse. Va a ser difícil ponerse unos pantalones.

Por lo tanto, entre los cambios hormonales, la falta de sueño y el estrés que conlleva un bebé recién nacido, no es de extrañar que te encuentres molestando a tu pareja y colocándola al final de tu lista de prioridades.

Sepa que estos síntomas deben ser temporales; si no parecen estar mejorando, hable con su médico de inmediato. Y mientras tanto, haz lo que puedas para tratar de comunicarte amablemente con tu pareja.

4. Sexo

Cuando se trata de sexo, tienes todo lo que hemos hablado hasta ahora trabajando en tu contra. No tienes tiempo, tu cuerpo es un desastre y estás molesta con tu pareja. Esta es una de las más comunes dificultades sexuales las parejas.

Además, estar cubierto de saliva y cambiar 12 pañales sucios al día realmente no te pone de humor. Si estás amamantando, puedes experimentar sequedad vaginal, lo que significa que su deseo es probablemente escaso. Pero el sexo puede ser una forma maravillosa de reconectarse y pasar un poco de tiempo con su pareja.

Recuerde: cuando se trata de sexo, está bien tomarlo con calma. El hecho de que el médico le haya dado luz verde no significa que tenga que apresurarse.

Una forma para que las parejas se aseguren de que la falta de sexo no se convierta en permanente es hacer que la relación romántica sea una prioridad, porque no es un problema de “físicamente no me atrae mi pareja“. Una disminución en el sexo, los juegos previos y las relaciones sexuales a menudo son síntomas de una mala comunicación y una brecha gradual que se puede construir entre la pareja.

Para volver a la normalidad en la cama, alienta a tu pareja a que hagan tiempo para tener relaciones sexuales y encuentren formas de hacerlo cuando su hijo esté en casa, como durante la siesta. Y definitivamente invertir en un poco de lubricante.

5. Dividir las responsabilidades no es fácil

En cualquier relación, una persona puede sentir más presión para asumir más responsabilidades de crianza que la otra. Eso puede dejar a esa persona sintiéndose resentida hacia la otra.

En un estudio de 2013, los escáneres cerebrales mostraron que, en las mujeres, los patrones de actividad cerebral cambiaron abruptamente a un modo atento cuando escucharon los llantos infantiles, mientras que los cerebros de los hombres permanecieron en estado de reposo. Esto tiene mucho sentido.

Aquí es donde la comunicación clara y amable es importante. Tener conversaciones sentados para decidir cómo manejar las tareas de crianza puede ser muy útil y evitar discusiones.

Golpear a su pareja con una almohada para despertarlo en medio de la noche, aunque es tentador, no es efectivo. Y recordemos que mucha presión puede desencadenar en una depresión perinatal.

Es importante cuidarse mutuamente, tratar de ser lo mejor que puedan el uno para el otro. Míralo de esa manera, no solo estás dividiendo las tareas. Míralo como ‘Estamos juntos en esto’.

6. Falta de tiempo

Su tiempo juntos no solo cambia una vez que tiene hijos, sino que también lo hace su tiempo libre. De hecho, es posible que no tenga ninguno. Pero es importante preguntarse el tiempo que necesitan para cuidarse y ayudarse el uno al otro.

Está bien querer tiempo para ti, para ir al gimnasio, ver amigos o simplemente para hacerte las uñas. Los nuevos padres deberían agregar una categoría a la conversación: ¿Cómo vamos a tener un cuidado personal? ¿Cómo nos vamos a cuidar cada uno de nosotros mismos?

Ese descanso y el tiempo para sentirse más como uno mismo antes del bebé pueden ser de gran ayuda para hacer de ustedes una buena pareja y buenos padres.

7. Diferentes estilos de crianza pueden agregar estrés adicional

Es posible que descubra que usted y su pareja son diferentes, y eso está bien. Puede hablar sobre cualquier gran desacuerdo sobre los tipos de crianza y tomar decisiones sobre cómo van a trabajar juntos como equipo, ya sea encontrar una solución sobre un determinado tema, seguir el método de uno de los padres o aceptar respetuosamente estar en desacuerdo. Si la diferencia es algo insignificante, es posible que desee dejarlo pasar.

8. Una relación más fuerte

A pesar de todos los golpes duros que una relación puede tener después de tener un hijo, muchas personas informan que su vínculo se vuelve más fuerte y más profundo. Después de todo, no son solo una pareja, ahora son una familia, y si pueden superar las cosas difíciles, estarán construyendo una base sólida para ayudarse a superar los altibajos de la paternidad.

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